La peste, en economía, trajó consigo el aislamiento; fortalecimiento de los estados en sus políticas; caída del consumo; cese de viajes y turismo; cierre de comercios y pymes. Casi toda actividad que no tenga que ver con lo esencial: alimentos, salud, comunicación y tecnología.
Ante la falta de remedios actuales, las sucesivas cuarentenas, como únicas medidas de prevención ante la pandemia ocasionada por el Covid-19, trajeron cierres e incertidumbres en la mayoría de los sectores económicos.
Además de el “Quedate en casa”, el cierre de fronteras internacionales e interprovinciales limita el comercio. Algunas de las industrias y negocios que más han sufrido son los viajes, el turismo, la hotelería, la producción automotriz, de energías; entretenimientos, cultura y recreación; y actividades profesionales de alto contacto personal.
El resultado es una crisis económica y empresarial que se suma a la existente hasta fin de 2019, aún con resultados no cuantificados.
Se estima que, en un escenario optimista, a partir de septiembre la reactivación de las actividades tardarían entre 3 y 6 meses. Para gran parte, sino quiebran, significa resistir hasta el primer trimestre de 2021.
Esto implica disponer de una amplia espalda financiera. Y planes estratégicos a mediano plazo. Teniendo presente que el virus permanecerá siempre como amenaza.
Comida y tecnologÍa
Empero, hay industrias y actividades que no sólo se han mantenido sino que incluso crecen. Por ejemplo, las relacionadas con los alimentos naturales, procesados, y la tecnología.
Incluso, algunas empresas y comercios tienen resultados por encima de los esperados, tanto en volumen como en valor, y hasta con un mes de adelanto.
Paradójicamente, esta aceleración económica produjo un estrés operativo y logístico en relación al cumplimiento del abastecimiento efectivo de productos en la cadena de suministro. El transporte es el principal.
Esto genera retos operativos internos, la mayoría relacionados con aprovisionamiento en tiempo y forma de productos específicos con el análisis de demanda y la capacidad de poder atender de manera efectiva las líneas de producción. La industria de logística está implícita en las actividades de la industria alimenticia.
En la actualidad, las cadenas de suministro están sufriendo la distribución y suministro. La tecnología, y los proveedores de esta, han ayudado a mitigar estos imprevistos y dar la continuidad necesaria para cumplir con la demanda de los consumidores.
ACTUALIZARSE
Ante las medidas de aislamiento causadas por el coronavirus, las compras online se muestran en alza.
Esto implica que las empresas deben actualizarse en función de vender por internet. Esto signfican estrategias de promoción, contenidos y ventas. O sea: condiciones comerciales, asignación de recursos, disposición del personal y tiempo de ejecución de compromisos.
Las empresas deben considerar nuevos recursos tecnológicos y fortalecer aquellos que ya tienen. Siendo estas herramientas las que permitirán mejores oportunidades, mayor penetración en mercados que quizás no tenían previsto, o alcanzar mayor base de clientes y/o consumidores.
La situación de crisis presenta una excelente oportunidad para hacer todas las operaciones existentes más productivas. Evaluar, reflexionar y recapitular. Crear nuevas maneras de hacer las cosas que nos lleven a la apertura de oportunidades y hacerlas más productivas. A través de la tecnología.