Mafias y ajustes de cuentas / LOS ASESINATOS NO SON NEGOCIOS

Mafias y ajustes de cuentas / LOS ASESINATOS NO SON NEGOCIOS

“Por algo será”, suele decirse cuando ocurren asesinatos con sello mafioso, por ajustes de cuentas. De tal modo, al ser asuntos de otros, creemos estar a salvo. Pero el impune femicidio de Jimena Salas o el doble homicidio en la Circunvalación Oeste interpelan al Estado y la sociedad.

 

Por Dario Illanes

 

(Foto portada: Jimena Salas)

 

La violencia mortal ocurrida estos días actualizan los tenebrosos conceptos de “mafias” y “ajuste de cuentas”. Pero -excepto el conmocionante homicidio de Nahuel Vilte en el Parque San Martín- al hablar de mafia y ajuste de cuenta quedan relativizadas, minimizadas y hasta justificadas estas muertes provocadas.

El lenguaje oficial y periodístico, con “ajuste de cuentas”, lo presenta como un asunto bilateral y privado, alejado de las preocupaciones ciudadanas. Dicho de otro modo: desde el peligroso preconcepto “por algo será”, con esta clase de asesinatos podemos quedarnos tranquilos: es cosa de otros.

Si matan a un adolescente en la calle para robarle la bicicleta, nos ponemos en su lugar.  Pero si la terminal violencia corresponde a un “ajuste de cuentas”, es como que nos pensamos a salvo: se trata de cuentas pendientes entre el asesino y el asesinado, en las que no tenemos nada que ver.

La malograda expresión pone en igualdad de condiciones al agresor y a su víctima. Con sangre queda saldado algún desequilibrio en la balanza de agravios. Y se justifica socialmente el asesinato.

Impunidad

Hasta en el impune femicidio de Jimena Salas –asesinada de 57 puñaladas el 27 de enero de 2017, en Vaqueros- se habló de ajuste de cuentas.  En la desaparición de Guadalupe Belén Lucero, la nena de 5 años a quien la tierra parece haber tragado en San Luis, el 14 de junio pasado, también se mencionó esta posibilidad.

Y por un ajuste de cuentas fue descuartizada y asesinada Daniela Guantay (22). El tribunal encabezado por la jueza Paola Marocco condenó el 26 de febrero de 2021 a Carlos Agüero, Norberto Silvestre, Julio César Monasterio, Juan Reynaldo Álvarez y Griselda Marisel Urzagaste fueron condenados a prisión perpetua por el femicidio. Una chica de 17 años también fue castigada penalmente.

En tanto, Romina Isabel Zerda (37) y Jonatan Pablo Tolaba (32) fueron asesinados y sus cadáveres encontrados en el interior de una camioneta Fiat Strada, el lunes 11 de octubre a la madrugada, al costado de una colectora de la Circunvalación Oeste (Ciudad de Salta). Inicialmente, los investigadores pensaron en un mortal siniestro vial. Luego se advirtió que ambos tenían un balazo en la cabeza. Doce mil pesos en poder del varón descartaron el asesinato por robo.

Desde Jimena, los crímenes con olor mafioso interpelan al Estado y la sociedad. Son asesinatos que nos conciernen.

 

DE TERROR

El 4 de marzo de 2017, la madre de Daniela Guantay denunció la desaparición de su hija. Tres días después, parte del cadáver apareció en las márgenes del río Mojotoro. La muerte se habría producido entre el 2 y 3 de marzo en la casa de “El viejo” Alvarez, en el barrio 17 de Octubre. Daniela fue entregada por sus amigas por quedarse con droga. La ataron a una silla, golpeada, cortada, violada y mutilada hasta la muerte.

 

FISCALA SIMESEN DE BIELKE

 “ALGO GRAVE ESTA OCURRIENDO…”

“Es cierto que se están dando crecientemente estos hechos, aparentemente cometidos por organizaciones criminales vinculadas al narcotráfico, que se han dado en llamar ajustes de cuentas, debido a ´mejicaneadas´, en donde se mata a quienes se ´quedaron con vueltos´”, comentó a Norte Social la fiscala penal Verónica Simesen de Bielke. Y agregó: “con el juicio por el femicidio de Daniela Guantay se puso en evidencia algo macabro, originado por la droga; y el hallazgo en la Circunvalación Oeste daría cuenta de que algo grave está ocurriendo…”

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