MENEM, DE UN LADO Y DEL OTRO

MENEM, DE UN LADO Y DEL OTRO

Hay pocos apellidos capicúa, o palíndromo, como el de Menem. Hasta una década de la historia argentina lo nombra. Y así como se lo puede leer y mencionar por derecha como por izquierda, tanto es considerado grandioso y nefasto. En Córdoba no hay duelo por el expresidente.

 

Eludiendo a los grandotes patovicas, al lograr ubicarme delante de Carlos Saúl Menem le dije “compañero, confiamos en vos”. El pintoresco patilludo, mirándome directo a los ojos, con generosa sonrisa, exclamó “compañero, no los voy a defraudar”, y me abrazó cálidamente. De inmediato me corrieron a los empujones. Fue a fin de 1988, en la esquina de las calles Mitre y Caseros de la ciudad de Salta.

Un año después, lejos del “salariazo”, en el congreso de la Juventud Universitaria Peronista, apenas éramos dos compañeras y cuatro compañeros, de un total de setenta, desafiando al oficialismo. “Un gobierno peronista es incompatible con Bunge y Born y el remate del Estado. Es traicionar a Perón y a Evita”, dije. Salimos abucheados por oponernos a la política económica de Menem.

A mediados de 1995, junto a otros tres estudiantes de Antropología y mi novia (futura esposa) estábamos realizando un relevamiento de pobreza en Campamento Vespucio, cerca de la norteña localidad salteña de Mosconi. El estudio era dirigido por la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Salta, dirigida por la doctora Sonia Alvarez.  Las visitas eran personales. Llorando, hicimos el relevamiento.

En 1993, Menem había privatizado YPF. Miles de trabajadores del norte argentino perdieron sus trabajos. Campamento Vespucio, fundado en 1923, era hasta 1990 una comunidad reluciente, con viviendas de primera, aeropuerto propio y un cine teatro que estrenaba películas antes que en la ciudad de Salta. Vivían más de quince mil personas.

Ellos y ellas, como exlaburantes petroleros de Mosconi y Tartagal, se ganaron el nombre de “piqueteros”, por cortar la ruta nacional 34. La nueva pobreza instalada se convirtió, hasta el presente, en endémica. La droga sustituyó el trabajo.

Un peso, un dólar

Muchos argentinos y argentinas agradecen al riojano, tras su fallecimiento el domingo 14 de febrero. Con justa razón lo lloran. Una de las razones populares fue cuando el presidente Menem puso a Domingo Cavallo como ministro de Economía e instaló la paridad de un dólar igual a un peso. La ley de Convertibilidad permitió que millones tengan sus viviendas. Y que viajen al extranjero. Por supuesto, eso es inolvidable.

Para lograr esta primavera, el menemismo convirtió al peronismo en la versión neoliberal de la doctrina de Perón y Evita. Todo se privatizó. Por ley fue extranjerizado el gas y el petróleo. Las privatizaciones fueron desde las jubilaciones a las comunicaciones, los bancos provinciales y los ferrocarriles. Las ventas de bienes nacionales, a precios viles, aportaron momentáneos dólares. Pero el paso a manos privadas de ríos, puertos, flota naval y astilleros, trenes, energía y comunicación, acopio de granos y comercio exterior desfinanciaron el Estado Nacional. El país quedó empeñado en cientos de miles de millones de dólares.

Y, tal como hasta hoy lo aseguran en Río Tercero, se llegó a volar la Fábrica Militar para supuestamente borrar las huellas de contrabando de armas. Mientras tanto, el dictador Videla quedó en libertad.

RIO TERCERO TRAS LA EXPLOSION

CORRUPCION

Hasta el presente, el modelo de estado instalado por el expresidente alentó una corrupción que la Justicia apenas pudo rozar.  Bien lo sabe la comunidad judía por los atentados terroristas en la la Embajada de Israel y la AMIA (marzo de 1992 y julio de 1994), que se cobraron en total más de cien muertos. Y en la explosión en Río Tercero hubo siete muertos y más de 300 heridos. Por esto último, la ciudad cordobesa no adhirió al duelo nacional.

 

CARLITOS

Siniestras son las tramas que envuelven el tráfico ilegal de armas para los bandos envueltos en la guerra civil en la ex Yugoeslavia, como los atentados terroristas contra la embajada de Israel y a la AMIA. La investigación de los atentados habría sido obstaculizada desde el gobierno de Menem y hasta hoy están impunes. Su ex esposa Zulema Yoma vinculó esos megacrímenes con la muerte de su hijo Carlitos, muerto al caer el helicóptero que conducía.

DESDE TARTAGAL A JAPON

CAMPAÑA. CARLOS MENEM Y JUAN CARLOS ROMERO, EN 2003

En 1996, al inaugurar las clases en una escuela de Tartagal, el presidente Menem –acompañado por el gobernador Romero – aseguró que la Argentina iniciaría vuelos espaciales, los cuales permitirían llegar a Japón en noventa minutos.  “Dentro de poco tiempo se va a licitar un sistema de vuelos espaciales… Esas naves van a salir de la atmósfera, se van a remontar a la estratósfera, y desde ahí elegirán el lugar donde quieran ir, de tal forma que en una hora y media podremos estar en Japón, Corea o en cualquier parte del mundo; y por supuesto, más adelante en otro planeta si se detecta vida”

 

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