PRINCIPIOS. Las y los periodistas de la Red PAR promueven erradicar el tratamiento sexista de la información.
26/09/2017 | Noticia de Salta
Categorías: DESTACADAS | Relatos Criminales
“Manual de la tortura machista”, fue la consideración de la crónica policial publicada por el diario El Tribuno de Salta. “El medio actúa como un caja de resonancia, revictimizando a la mujer violentada y colabora tanto con la reproducción como con su naturalización”, describió la organización.
Se enseña, integra la ética periodista, lo saben y evitan los periodistas honestos: el periodismo “amarillista” resalta la morbosidad, tergiversa la información y testimonios, naturaliza e incentiva la violencia. Todo con la excusa falaz de que “es lo que gusta a la gente”.
Cuando de violencia hacia mujeres se trata, el sensacionalismo y el cinismo se expresan en la imprecisión de datos revelados, descripciones truculentas, falta de contextualización y ausencia de perspectiva de género para comunicar.
Ejemplo: la Red PAR Salta difundió un comunicado expresando su preocupación por la crónica titulada “Decidió fugarse de su casa tras ser sometida a torturas por su marido”. Esta fue publicada el lunes 25 de setiembre, en la edición del diario El Tribuno de Salta.
(http://www.eltribuno.info/salta/nota/2017-9-25-0-0-0-decidio-fugarse-de-su-casa-tras-ser-sometida-a-torturas-por-su-marido)
“Pedagogía de la crueldad”
Las y los periodistas que integran la Red Par trabajan por erradicar el tratamiento sexista de la información, enfrentar la violencia de género, visibilizar la condición social de las mujeres y la igualdad de oportunidades.
Desde la organización federal enumeraron las razones para criticar la publicación de El Tribuno:
“a) Es irresponsable citar el nombre y apellido de la víctima porque la coloca en riesgo potencial y, de esta manera, también transgrede las normas legales y decálogos sobre el tratamiento periodístico de la violencia contra las mujeres.
b) A la vez, se dan datos personales que pueden perjudicar tanto a la víctima como a sus familiares directos, haciendo públicas cuestiones de índole privada, extremadamente traumáticas para cada una de ellas.
c) Se deja entrever que podría haber un ‘motivo’ reproduciendo rumores, aunque ellos se adjudican al agresor.
d) El relato enumera, clasifica y describe minuciosamente, de un modo truculento, el tipo de vejámenes que la víctima sufrió por parte del agresor, los cuales –cabe aclarar- son de extremo sadismo.
e) Por lo mismo, la crónica funciona como una especie de ‘manual de la tortura machista’ con lo cual se logra instaurar una pedagogía de la crueldad capaz de lograr la reproducción de estas prácticas delictivas y deleznables por parte de otros hombres que puedan ‘entender y expresar(se)’ en este tipo de lenguaje violento y escribir estos mensajes de muerte sobre los cuerpos de las mujeres que constituyen un grado extremo de violencia patriarcal.
f) El medio actúa como un caja de resonancia, revictimizando a la mujer violentada y colabora tanto con la reproducción mencionada como con su naturalización, lo que es particularmente grave en una provincia que tiene un promedio de dos femicidios por mes, número que crece año a año y que este año casi está duplicando al anterior.
g) Se trata de una cobertura que no respeta ni la ética ni la calidad periodística; tampoco responde a las recomendaciones de numerosos organismos y asociaciones de género tales como la misma Red Par en su ‘Decálogo para el tratamiento periodístico de la violencia contra las mujeres’.
Profundizar sobre estas herramientas de comunicación es una tarea que todos los comunicadores debemos hacer, y para todo aquel que quiera un lenguaje más respetuoso, constructivo y solidario que nos acerque a la equidad de género y a una sociedad más justa”
Fuente de la Información: Red Par
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