“Encantadoramente estúpido”

“Encantadoramente estúpido”

Así escribió de Marcelo “El Loco” Bielsa un periodista inglés, luego que el entrenador reconociese y pagase sus errores. Hoy, tras 16 años de derrotas, el rosarino, firme en sus convicciones, disfruta las mieles de la perseverancia, con un fútbol honesto y siempre atractivo.

 

Al llegar al Leeds, único equipo de la norteña ciudad inglesa, “El Loco”, averiguó cuantas horas diarias debía trabajar un simple trabajador británico para comprarse una entrada popular y ver a su equipo local. Eran tres horas de trabajo. Entonces, Bielsa les dijo a sus jugadores que, como parte del entrenamiento, debían limpiar la cancha y el club durante tres horas.

Ante la sorpresa y el disgusto de los futbolistas del plantel, les explicó que así comprenderían y valorarían lo que debían hacer cuando disputasen un partido. “Es el tiempo que invierten sus seguidores para venir a verlos jugar, para que ganen”, les dijo Bielsa. La mayoría lo comprendieron y se jugaron la vida en los entrenamientos y partidos para llegar a Primera de una de las mejores ligas del mundo.

Imaginemos a un diputado, senador o funcionario público, sólo tres horas a la semana, levantándose a las cinco o seis de la mañana, esperar y tomar un colectivo, para ir a trabajar a la obra o al comercio. Sería otro país.

Bielsa es tan humilde como imprevisible en términos convencionales. Noble, portador de una brutal honestidad. Un inadaptado social en tiempos de corrupción.

 

De los sucios a los más limpios

Los jugadores del equipo del argentino eran llamados “dirty leeds”, o sea, los sucios, tramposos. Esto por la fama de rudos e inescrupulosos. Casi como los que ensalzan la “viveza” criolla.

A fines de la temporada anterior, El “Leeds” de Bielsa jugó un partido clave con el Aston Villa. Si ganaba, sumaba puntos para ascender. El Leeds United anotó el 1-0 a favor, con un gol de Mateusz Klich. Pero el tanto crucial fue hecho mientras Jonathan Kodjia, del equipo rival, estaba tendido en el cesped. El árbitro sancionó el gol.

Bielsa se dio cuenta. Podía ignorar la travesura. Sin embargo, ordenó a su equipo que al reinicio del partido, se dejasen hacer un gol. El partido terminó igualado y Leeds no ascendió.

El 2019, los “Dirty” fueron premiados con el “Fair Play”. El equipo más limpio.

Coherencia

Como el Leeds, Bielsa llevaba 16 años sin una consagración ni nada en la vitrina. Con sus inéditas formaciones, llegó a técnico de la Selección Nacional. Parecían sus minutos de fama. Dirigió 85 partidos a la selección argentina entre 1998 y 2004, y sólo perdió 11, pero el ofensivo equipo fue eliminado en la primera rueda de Corea-Japón 2002.

Y nadie quiere a los perdedores.

“Los momentos de mi vida en los que yo he crecido tienen que ver con los fracasos. El éxito es deformante, relaja, engaña, nos vuelve peor, nos ayuda a enamorarnos excesivamente de nosotros mismos. El fracaso es todo lo contrario, es formativo, nos vuelve sólidos, nos acerca a las convicciones, nos vuelve coherentes”, dijo Bielsa.

 

 

HORIZONTE

Se dice que hacer lo mismo que nos hizo fracazar es estúpido. El escritor Eduardo Galeano, leído por Marcelo Bielsa, dijo “El horizonte es para seguir caminando” . Bielsa perseveró, no en errores, sino en convicciones.

 

 

 

 

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