FMI, kirchnerismo y oposición / ¿QUO VADIS?

FMI, kirchnerismo y oposición / ¿QUO VADIS?

El gobierno de Alberto Fernández asegura que el preacuerdo con el FMI es el menos malo que se pudo lograr. En breve llegará al Congreso para su aprobación o rechazo.

 

Por Dario Illanes

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Ideologismo, predicción o especulación política serían las razones por las cuales el jefe de La Cámpora, Máximo Kirchner, renunció a la presidencia del bloque del Frente de Todos en la Cámara de Diputados de la Nación. Además de conmocionar a la coalición gobernante, parece haberle dado letra a los sectores más duros de Juntos por el Cambio y los medios afines.

Estos hablaron de ruptura. También condicionaron su presencia en el Congreso a conocer la posición de la vicepresidenta Cristina Kirchner, como también a saber si estarán todos los diputados del FdT.  Asimismo, la titular del FMI, ‎Kristalina Gueorguieva, alertó: “se debe reconocer los límites del potencial acuerdo para hacer cambios en Argentina en los próximos año, dada la oposición de la parte radical de izquierda de la coalición peronista gobernante en el país”

El gobierno sostiene que el preacuerdo no significa “nada para celebrar”. Y qué apenas es el menos malo. En el camporismo dicen que Argentina debía denunciar la ilegalidad e ilegitimidad de la deuda contraída por Mauricio Macri. Empero, más allá de lo lindo que puede sonar para algunos, las posibilidades geopolíticas eran mínimas. Hasta China y Rusia exigían un arreglo con el FMI.

Aparentemente, la renuncia de Máximo Kirchner a la jefatura del bloque oficialista estaría guiada por una predicción: acordar con el FMI es malo y todo será peor. El dirigente kirchnerista cree que la recuperación económica se detendrá, habrá ajuste y el Frente de Todos perderá las elecciones presidenciales en 2023.

Entonces, su paso al costado sería protegerse ante el desastre. Algo así como “yo lo dije”. De tal modo, convertirse en alternativa peronista y popular. Por supuesto, como nadie sabe que pasará, el supuesto pronóstico de Máximo puede ser cierto o equivocado.  Por lo tanto, pura especulación.

 

¿Adónde vas?

 

Según la tradición, Pedro huyó de Roma en el año 64, debido a la feroz persecución contra los cristianos iniciada por el emperador Nerón. El primer papa escapó por la Vía Apia, pero en el camino se encontró con Jesucristo, yendo en sentido contrario.

Pedro, al verlo, le preguntó: “Quo vadis Domine?” (¿Adónde vas, Señor?). Y Cristo contestó: “Romam vado iterum crucifigi” (Voy hacia Roma, para ser crucificado de nuevo”) El apóstol, avergonzado, regresó a la capital del mundo antiguo a continuar predicando. Fue arrestado, martirizado y crucificado. Donde murió se levanta hoy la Basílica de San Pedro, en el Vaticano.

Tal vez podría preguntársele a Máximo Kirchner: “¿Quo vadis?”.

Porqué, aparentemente, Máximo se dirige a un lugar sólo habitado por principios ideológicos y/o consignas de campaña. Totalmente válidos para el debate de ideas, pero no para gobernar. Esto por cuanto, en el actual contexto internacional y la posición de la Argentina en el mundo, no se advierte alguna alternativa al acuerdo con el Fondo. Excepto algo mucho más exigente, o el caos económico, financiero, político y social.

El jefe camporista, en su carta de renuncia, reconoció que plantea una discusión, sin ofrecer alguna opción. Está bueno el debate. Pero cuando las papas queman,  tal ejercicio intelectual es casi un lujo.

 

Por Salta

 

A lo sumo, a mediados de marzo el preacuerdo entre el Gobierno arribó y el Fondo Monetario Internacional (FMI) llegaría al Congreso para su aprobación o rechazo. Del mismo modo que ocurre con los acuerdos bilaterales y adhesiones a tratados internacionales, no habría espacio para modificaciones. Los legisladores tienen tres alternativas: aprobar, rechazar o abstenerse. Se aprueba o rechaza con mayoría simple.

El proyecto del gobierno puede ingresar a cualquiera de las dos cámaras del Congreso.

En el caso de enviarse al Senado, los legisladores, en sintonía con sus respectivos gobiernos provinciales, respaldarían el acuerdo con el FMI, tal como se expresaron la mayoría de los gobernadores. De este modo, el Gobierno evitaría abrir el debate en Diputados. En donde abundarían las objeciones.

En Salta, siete son los diputados nacionales: Emiliano Estrada; Pamela Calletti; Verónica Caliva y Lucas Godoy, por el Frente de Todos. Carlos Zapata, Virginia Cornejo y Miguel Nanni representan a Juntos por el Cambio.

Dentro del FdT, quienes adhieren a la postura de Máximo Kirchner serían Verónica Caliva y Emiliano Estrada. Pamela Calletti apoyaría el acuerdo, en tanto Lucas Godoy terminaría por hacerlo.

Zapata y Cornejo seguirían la línea más dura del Pro; Nanni, si respeta su origen radical, prestaría apoyo.

 

LA UNIDAD

El Frente de Todos ganó las elecciones en 2019 – principalmente – merced a la unidad de tres sectores peronistas antes enfrentados: el kirchnerismo, el massismo y el albertismo. Más allá de ilusiones, era previsible que la coalición no sería una reedición de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina.

Aunque ella, artífice de la construcción electoral, fuese vicepresidenta, el gobierno se planteó como una especie de “progresismo de centro”. Tal como en otros países, con iniciativas sociales, pero con políticas económicas conservadoras. Desde entonces son los tironeos.

El sector cristinista/camporista es principista. Tiene poder y caudal electoral. Tal vez no para ganar elecciones, pero si alta presencia en al menos el 20 por ciento de la población.

 

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