RESPETARSE, QUERERSE, DIVERTIRSE

RESPETARSE, QUERERSE, DIVERTIRSE

Una banda de amigos y compinches enarbolan, comparten y desparraman coraje y alegría. Dando felicidad al sufrido pueblo.  Dando ejemplo a la sociedad, economía y política.

 

Por Dario Alberto Illanes

 

El Mejor, los consagrados, los pibes, llegaron a la Final. Desde esfuerzos, sufrimientos, laburo cotidiano. Pero, primordialmente, con lucha, fe y alegría compartida.

“Uno juega mejor con sus amigos. Ellos serán generosos, lo ayudarán, lo comprenderán, lo alentarán y lo perdonarán. Un equipo de hombres (y mujeres) que se respetan y se quieren, es invencible…”, escribió el “sensible reo” Alejandro Dolina, en “Crónicas del Ángel Gris”

Y el pueblo cree en once camisetas celestes y blancas en la cancha.  Entonces, aunque se diga que sólo es fútbol, el Mejor, los consagrados, los pibes logran que la gente crea. Y para las mayorías, dan alegrías y felicidades que nos niegan economías, justicias y políticas.

 

 

Bellezas y gritos

Dios, el Cielo, los buenos espíritus y ángeles, El Diego, “deja vu” de Kempes parecen haber andado en el partido del martes 13, entre Argentina y Croacia.

El inspirado Enzo Fernández, en media cancha, tira pase al incontrolable Julián Álvarez. El cordobés se manda al área y lo bajan. Penal. A los 34 minutos patea Lionel. Arriba y al palo derecho. Inatajable.

Cinco minutos después, “Araña” corre como el viento desde el círculo central, elude cuatro  croatas, y ante la salida del portero, con la pierna derecha, a lo Kempes, pone la redonda a la izquierda del arquero europeo. Dos a cero. Guapeza y talento.

Y a los 69 minutos, Messi, que partió ayudando en defensa, ilumina con su talento todo el estadio. Carrera desde mitad de cancha como wing derecho, perseguido por el temible defensor enmascarado Josko Gvardiol. Diecisiete años menos que Lionel. 1.85 de altura. Pero El Mejor es pura sinfonía. En la línea de fondo, habilita con un preciso centro a Julián. Y es el tercero. Grito, maravilla, belleza. Estamos en la final.

A tomar nota: “Un equipo de hombres (y mujeres) que se respetan y se quieren, es invencible”

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