AMOR PROHIBIDO, ARTE Y DELICIA

AMOR PROHIBIDO, ARTE Y DELICIA

La bella virgen, consagrada a Inti, y su hermano, el príncipe, se enamoraron.

El emperador, enfurecido, ordenó las muertes de sus hijos. Los jóvenes huyeron a las montañas, pero frio, hambre, penurias los consumieron. Fueron hallados y acorralados por guerreros, para cumplir el mandato real.

Entonces el creador Viracocha, admirado ante corazones y sacrificios de la virgen y el príncipe, se compadeció. Los transformó en mansos, fuertes y peludos cuadrúpedos. Sin embargo, los animales conservaron los ojos, las miradas humanas. Dulces, encendidas de amor. Fueron, son, las llamas.

Años cincuenta. Giuseppe Cipriani era por entonces el director de Harry’s Bar, una distinguida cantina ubicada en la calle Vallaresso 1323, a metros del Gran Canal, en Venecia.

El hombre era un enamorado de la pintura del Renacimiento, principalmente de las obras de Vittore Carpaccio.

Un mediodía llegó una habitual clienta, noble veneciana. Le contó a Giuseppe que su médico le había dictado – en razón de anemia-  comer sólo carne cruda. Pero la refinada mujer le tenía aprensión a un alimento sin cocción.

Entonces se encomendó a la creatividad de Cipriani.

Así nació el Carpaccio. Una delicada, armoniosa delicia. Consagrada en el mundo.

En Salta, más precisamente en José Balcarce, los chefs Sol y Matías unieron la leyenda andina y la historia y creación veneciana. Ofreciendo, como entrada, el “CARPACCIO DE LLAMA”

Finas láminas de carne del camélido, bañadas sabiamente en vinagreta de pimentón salteño, cubiertas con hojas de rúcula, escamas de parmesano y sutiles hilillos de oliva.

SÓLO EN JOSÉ BALCARCE

Salta. Necochea y Mitre

Reservas: (whatsaap) 3874211628

 

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