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Quien es pobre, padece una enfermedad y necesita urgente atención médica de un especialista urólogo, por parte de los hospitales públicos de Salta, está condenado a sufrir.

 

Alberto dormía ocho horas corridas. Desde hace cinco meses el descanso nocturno cambió a reiteradas demandas urinarias. También durante el día. Concurrió al Centro de Salud de su barrio y la médica ordenó análisis clínicos, pedidos de ecografía vesicoprostática y atención inmediata de urólogo.

En una semana, el hombre obtuvo los exámenes de laboratorio, y 60 días después, el estudio de ultrasonido. Debido a su profesión intelectual, Alberto investigó las conclusiones. El resultado de la ecografía era alarmante. Su próstata era más que el doble del tamaño normal, con una sospechosa malformación, y vejiga bloqueada (escasa repleción)

Desde hace dos meses, el hombre comenzó a pedir turno para un urólogo. El único modo es llamando al teléfono 148. Su situación empeora. Ningún especialista lo atiende. Carece de ingresos suficientes para pagar la atención privada.

148

“Voy a destacar, primero, que llamás (al 148) y te responden. Más o menos como un buen call center (centro de atención telefónica) empresario; chicas o chicos cordiales”, contó Alberto.

“El problema es que mucha amabilidad, pero ninguna solución”, describió. “Me dijeron que vuelva a llamar en distintas fechas, y cuando lo hice dieron otras”, reseñó.

HOSPITAL SAN BERNARDO

El 8 de octubre, la última mujer que lo atendió le dijo: “para ser atendido por un urólogo en el hospital Papa Francisco, comuníquese el 15; y para atención en el San Bernardo, el 22 de octubre”. Gentilmente, la chica le aconsejó: “esos días, llame a las 7.30, porque enseguida se acaban los turnos”

Y le aclaró: “en todos los casos, si consigue el turno, la atención es para el próximo mes”. O sea, con suerte, aguantar las dolencias y trastornos hasta noviembre.

HOSPITAL PAPA FRANCISCO

incógnita y angustia

Además de las dolencias diarias, permanentes, Alberto sufre la angustia e incógnita de saber, a ciencia cierta, la situación de la enfermedad que sufre. Hasta el momento, desconociendo algún modo de tratamiento.

De menor a mayor, las principales enfermedades de la próstata son:

Hiperplasia Benigna (HBP): Un agrandamiento no canceroso de la próstata que causa síntomas urinarios como flujo débil, necesidad de orinar con frecuencia (especialmente de noche) y sensación de vejiga incompleta.

Prostatitis: Inflamación de la próstata, a menudo asociada a infecciones de las vías urinarias. Puede causar dolor al orinar o eyacular, y dolores recurrentes en la pelvis y/o la espalda.

Cáncer de Próstata: crecimiento descontrolado de células en la próstata. Algunas, desde un momento inicial inadvertidas, pueden crecer rápidamente y diseminarse a otras partes del cuerpo (metástasis), que acarrean una miserable calidad de vida.

 

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