Sorprende y alegra a niños y adultos; es diversión para aburridos; ilusión en descreídos; recogimiento en ansiosos; inspiración para sensibles. Nieva.
“Un viaje entre cerros blancos, silencio y belleza pura”, describió poéticamente Josefina, una viajera a bordo del Tren a las Nubes, en Salta.
El sábado 28 y el domingo 29 de junio, la nieve cubrió completamente montañas, rutas y pueblos de la Puna salteña. Logrando incrementar la hermosura de los paisajes naturales. Ofreciendo postales de ensueño.
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Es cierto, la nieve también produce complicaciones. Por ejemplo, el sábado más de diez mineros quedaron atrapados en Abra Alto Chorrillo. A 4560 metros de altura, sin comunicación ni auxilio, soportaron durante 16 horas temperaturas de 18 grados bajo cero. Fueron rescatados por efectivos de Gendarmería Nacional.
Salvo este drama, el resto fue maravilla.
Los copos de nieve, cayendo por regalo de Dios o la confluencia meteorológica, deviene en blanco manto encantador.
Aunando magia, misterio, calma y belleza.
EN LA CIUDAD
El 16 de julio de 2010, y durante dos días la ciudad de Salta estuvo cubierta de nieve. Casi todos jugando, maravillados.
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