Matías Jurado, de 37 años, es investigado por la desaparición de al menos cinco hombres Presuntamente los llevaba a su vivienda, emborrachaba, mataba y despedazaba.

“La crueldad es un regalo de nuestra propia humanidad”, expresa apaciblemente Hannibal Lecter, en la película El silencio de los inocentes, encarnada por Anthony Hopkins.
La frase contiene ecos bíblicos, considerando como válida la maldad adquirida por el hombre tras la expulsión del Edén y maldición de Dios. Jesús, en Mateo 15:18-19, dice que del corazón de cualquiera salen “malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios y calumnias”.
El jujeño Matías Jurado parece haber llevado al paroxismo crueldad y maldad. Tiene 37 años. Fue apresado el 30 de julio en su precaria vivienda de las 150 Hectáreas del barrio Alto Comedero, de San Salvador de Jujuy.
La policía llegó a esta casa siguiendo los rastros de Jorge Omar Anachuri, de 68 años. La familia de este denunció su desaparición el 25 de julio.
Tras la denuncia, los policías iniciaron la búsqueda a través de las cámaras de seguridad. Observaron a Anachuri y un joven subir a un remis – desde la zona de la exterminal- hacia Alto Comedero. Al llegar a la vivienda, Matías Jurado no supo que decir.
En el inmueble estaba su sobrino, un adolescente de 16 años, quien entró en estado de shock y aportó datos espeluznantes. El pibe contó que “todos los viernes”, su tío llegaba a casa con personas distintas, donde compartían bebidas alcohólicas. Él sabía que debía irse, “porque pasaban cosas malas”.
Según el joven, su tío descuartizaba a personas que llevaba a casa y luego se deshacía de los restos arrojándolos a un descampado, o los enterraba. Según vecinos, Matías Jurado frecuentaba un camino que atraviesa un descampado, muy cerca de la casa. En el rastrillaje encontraron restos óseos humanos y pedazos de piel.

Asesino serial
El Ministerio Público de la Acusación de Jujuy anunció la detención de Jurado. Los investigadores dicen que se trataría de un asesino serial.
De acuerdo a la investigación, Jurado atraía a las víctimas invitándolos a “tomar algo” en su casa. Una vez dentro de la vivienda en Alto Comedero, las emborrachaba, y, desvalidos, los asesinaba y descuartizaba. Macabramente se deshacía de los cuerpos.
Aparentemente, el presunto asesino serial podría haber cometido idénticos espantos con otras cuatro personas. Desde enero de este año. Al menos hay registros fílmicos de Jurado junto a tres víctimas.
El presunto homicida serial tenía un patrón para sus masacres: elegía como coto de caza la vieja terminal; los viernes a la tarde; hombres mayores de 50 años, en situación de calle. Sólo una de sus supuestas víctimas es menor de 30 años. Se trata de Sergio Alejandro Sosa, de 25, quien desapareció el 4 de julio.

DESAPARECIDOS
Los investigadores sospechan que Jurado tiene que ver con las desapariciones de Miguel Ángel Quispe (60), quien fue visto por última vez el 26 de junio; de Juan Carlos González, de 60 años, sin rastros desde el 11 de junio; y de Juan José Ponce (51), buscado a partir del 10 de abril.
PODER
“Ninguna bestia es tan salvaje como el hombre, cuando tiene el poder para expresar su ira”.
Hannibal Lecter



















